Te ayudamos a evitar los problemas con las comunidades de vecinos

Uno de los temas que siempre se obvian cuando hablamos de ceder propiedades para gestionarlas en régimen de alquiler temporal es el de cómo esta cesión, evita o reduce los problemas con las comunidades de vecinos a los que muchas veces se ven sometidos los propietarios. Sin duda, estar pendientes del día a día, del comportamiento de los inquilinos, de la observancia de las reglas de convivencia pactadas por la comunidad, requiere un tiempo y una dedicación del que no todos los propietarios pueden disponer.

Ceder la gestión de la propiedad a una agencia especializada, como sin duda es MadridEasy, atenúa las posibilidades de entrar en conflictos con las comunidades de vecinos, además de evitar muchos de los procesos tediosos que implican la vida en comunidad y, por supuesto, la comercialización y gestión del inmueble.

Principales conflictos con las comunidades de vecinos

Algunos de los problemas más habituales y comunes que se generan son:

Problemas de ruido: Sin duda este es el uno de las grandes zonas de fricción en las comunidades de vecinos. El catálogo puede ser muy amplio aunque, desde luego, ocupan los primeros puestos la música alta a deshoras, los ruidos molestos (movimiento de muebles, golpes, etc.) a horas intempestivas y las fiestas.

En nuestro caso, todos los usuarios de nuestros servicios de alojamiento temporal están obligados a firmar, como elemento indivisible del contrato, la aceptación de unas normas de convivencia con la comunidad. Su incumplimiento es motivo de expulsión directa del alojamiento.

Problemas de olores en las zonas comunes: Otro de los clásicos. Olores a tabaco y otras sustancias en los lugares comunes suelen ser otro gran punto de fricción. De nuevo, nuestras cláusulas y normas de convivencia impiden el consumo de esas sustancias y el incumplimiento de las mismas, como en la ocasión anterior, es motivo de recisión del contrato.

Problemas de limpieza: Este es nuestro tercer clásico. En el sector del alojamiento temporal hay estar acostumbrado a atender y trabajar con numerosas y diferentes culturas.

Como es evidente, el tratamiento que se da a los residuos urbanos no es uniforme y en muchas ocasiones depende no sólo de la cultura de cada uno de los inquilinos, si no también de las normas de la comunidad de vecinos y de los propios distritos de la ciudad.

En este tema, nuestros inquilinos reciben instrucciones precisas sobre horarios, lugares y procedimientos para depositar sus residuos. Sin duda, cada comunidad es un mundo y cada distrito y barrio también lo es.

Una gran parte de estas cuestiones quedan solventadas cuando un propietario decide externalizar la gestión de su propiedad y cederla a una empresa especializada. La obligatoriedad de la firma de un código y normas de convivencia, como parte indisoluble del contrato de arrendamiento, la «vigilancia» del comportamiento de los inquilinos por parte del personal de limpieza o mantenimiento de la empresa especializada, así como la centralización a la hora de informar, por parte de las autoridades de la comunidad de vecinos, sobre incumplimientos en las normas de convivencia minimizan las posibilidades de confrontación entre propiedades y comunidad de vecinos.

Existen una serie de normas oficiales que todos los propietarios deben conocer y, en su caso, consultar ante cualquier duda:

Aunque el diálogo siempre es la mejor opción para solventar cuestiones y favorecer la convivencia.