La seguridad en España es, sin duda, uno de los principales elementos que los miles de estudiantes internacionales y sus familias tienen en cuenta a la hora de elegir un destino de estudios. Por lo general, esa imagen se puede extender al conjunto de Europa ya que también tiene una alta consideración en términos de seguridad.
Cuestiones tan cotidianas para los españoles como el poder caminar o viajar tranquilamente por la noche, dejar tus pertenecías sin vigilar, tener unos parques y espacios públicos seguros para la infancia, o sentir que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado están socialmente bien consideradas y retribuidas, son claramente percibidas por los no nacionales.
La pandemia ha incorporado a la ecuación un nuevo elemento: la seguridad sanitaria. Ya vimos en una entrada anterior esta cuestión y los tremendos riesgos que conllevaba continuar con una mala política de comunicación.
Ahora, cuando parece que toda Europa y otras partes del mundo se enfrentan a la "enésima" ola, creo que es el momento de poner negro sobre blanco el estado de la cuestión atendiendo a lo que parece un claro consenso científico: el reconocimiento de que el principal obstáculo a la propagación del virus son las vacunas.
A veinticinco de noviembre de dos mil veintiuno, según los datos proporcionados y actualizados por el Ministerio de Sanidad, la población española vacunada con una dosis es del 80,6%. Un cifra muy similar a la del porcentaje de personas vacunadas con las dos dosis preceptivas. Este porcentaje que asciende al 79,2% de la población.
Si tomásemos como referencia a la denominada "población diana", es decir, los grupos de edad a los que se puede vacunar, las cifras son todavía más apabullantes: el 90,8% de la población diana ha recibido una dosis. El 89,2% de esa misma población ya tiene la pauta completa.
Si establecemos una comparativa con los países de nuestro entorno y, lo que es más importante, con los países competidores en la captación de estudiantes internacionales, los datos arrojan evidentes diferencias:
A día veinticuatro de noviembre estos son los datos de las vacunas en los principales destinos competidores en la captación de estudiantes internacionales con España.
Y esta es la situación si la comparamos con uno de los principales países emisores -a Europa- de estudiantes internacionales.
Sin duda, y a pesar de que durante meses parece que nos hemos empeñado en transmitir una imagen catastrófica de nosotros mismos -algo muy español por cierto- los datos -fríos y objetivos- no son tan malos y nos colocan a la cabeza de nuestros países competidores en recepción de alumnos y entre los primeros del mundo.
Parece que así lo han percibido muchos estudiantes de los Estados Unidos.
Dentro de la caída generalizada y de las duras restricciones a la movilidad y a los viajes internacionales, en el curso 2019-2020, según los datos proporcionados por el Institute of International Education fueron 19.792 estudiantes de los EEUU los que eligieron España como destino frente a los 19.147 que eligieron UK y a 19.731 que optaron por Italia.
Mucho más significativa resulta la comparación en términos porcentuales.
Como era esperable, las caídas en el número de alumnos internacionales para el curso 2019-2020 son muy significativas. A pesar de ello, España ha resistido mejor el envite que el resto de mercados. Así, mientras que en España el descenso en el número de estudiantes USA fue de 41,5% en Italia fue del 49,5% y en el Reino Unido del 51,4%.
Podemos inferir, por tanto, que aunque muchos estudiantes e instituciones decidieron suspender momentáneamente sus programas en el exterior, la imagen de seguridad en España, especialmente la sanitaria, ha sido capaz de generar más confianza que la de Italia y, por supuesto, la del Reino Unido.
Como en muchas ocasiones, dentro nos vemos peor de lo que se nos ve fuera.
Autor: Pedro Carreras