Madrid es, sin duda, una de las ciudades europeas más de moda en los últimos años. El alquiler temporal en Madrid, es a su vez, una de las actividades económicas que, año con año, están cobrando más importancia y, aunque no lo pareciera, está sirviendo de dinamizador del conjunto de la ciudad en general, y en algunos casos, supone un verdadero regenerador de zonas y barrios con un alto riesgo de degradarse o en vías de degradación.
Mucho se habla y se escribe de la denominada gentrificación. Sin entrar en el debate, muy candente en algunas ciudades y en algunos medios de comunicación, la gentrificación de las ciudades ha sido un fenómeno histórico y constante a lo largo del tiempo.
El desplazamiento de personas de una a otra zona de la ciudad, lejos de producirse en un corto espacio de tiempo, se dilata y tiene diferentes fases como se muestra en los innumerables trabajos que tratan el tema. Es un fenómeno que no ocurre ni en uno ni en dos años, más bien, puede extenderse de manera dilatada en el tiempo.
Al margen de la polémica, lo que resulta evidente es que este fenómeno, muchas veces ligado al alquiler temporal en Madrid y otras ciudades, representa un movimiento que en último lugar, sirve como revitalizador de barrios y zonas en peligro de degradación.
Sin duda, los posibles conflictos derivados de mezclar "nuevos" y "viejos" moradores, deben ser regulados y atendidos por las administraciones competentes y no deberían ser achacados directamente al fenómeno socio-urbanístico del alquiler temporal.
Zonas como la de Chueca, Malasaña o Lavapiés, comenzaron hace años ese proceso de sustitución de habitantes. Con el paso del tiempo, parece evidente que este fenómeno ha servido para que estos barrios, muy degradados en la década de los años setenta y ochenta, actualmente hayan cobrado una vida impensable en algunos casos.
Alquiler temporal en Madrid: ventajas para el barrio
Sin duda, la primera y más evidente consecuencia de la extensión del alquiler temporal a los barrios no tradicionales (fuera de la almendra central) es casi la obligada reactivación económica del barrio.
Según datos recogidos por nuestro departamento de análisis, un elevado porcentaje de nuestros usuarios, estudiantes -nacionales e internacionales- y jóvenes profesionales, realizan una gran parte de su actividad económica, especialmente la ligada a la alimentación, en los comercios locales y cercanos. La temporalidad de su estancia en nuestra ciudad explica una gran parte de este comportamiento.
A diferencia de los inquilinos residenciales, pocos o ninguno de nuestros usuarios cuentan con un medio de transporte propio por lo que, son las tiendas y los supermercados del barrio o de la zona, los que cubren sus necesidades primarias.
Según nuestros datos, para el año dos mil veintidós, sobre un total de mil doscientos cincuenta y seis contratos realizados, el sesenta y ocho por ciento (68%) de los encuestados reconocieron que las compras diarias las realizaban en los establecimientos cercanos a su domicilio. El dieciocho por ciento (18%) nos indicaron que recurrían a compras de productos alimentarios on-line mientras que el ocho por ciento (8%) se decantaba por solicitar comida preparada vía on-line y el seis por ciento (6%) restante, elegía una respuesta múltiple.
En menor medida, y posiblemente en contra de lo que pudiera parecer, los locales de ocio y restauración, a tenor de estos mismos datos, no presentan un comportamiento similar.
Sin duda, la extensión y la facilidad de uso que presenta la red de transporte público en Madrid para acceder a diferentes zonas de ocio y vida social nocturna/diurna pueden estar detrás de los resultados. También, la concentración de locales en determinadas zonas de la ciudad, explican, en parte, este comportamiento.
Utilizando los mismos datos, para el año dos mil veintidós, sobre un total de mil doscientos cincuenta y seis contratos realizados, el ochenta y ocho por ciento (88%) de los encuestados eligieron zonas ajenas a su barrio para disfrutar de sus momentos de ocio. Un tímido tres por cierto (3%) lo hizo en su barrio mientras que el nueve por ciento (9%) adoptó una pauta mixta.
Alquiler temporal en Madrid: rehabilitación de edificios y aumento de dotaciones
Más allá del aumento en la actividad comercial en el barrio ya mencionada, la presencia de inmuebles dedicados al alquiler temporal en Madrid también supone una inyección económica indirecta en el barrio. Más en concreto, una inyección en el rubros de rehabilitación de edificios/inmuebles.
Atendiendo a las cifras de nuestro departamento de análisis, el volumen total destinado a la rehabilitación y adecuación de inmuebles para el año dos mil veintidós por parte de MadridEasy ascendió a más de un millón y medio de euros.
No podemos obviar que una gran parte de este importe se destina a "remozar" profundamente inmuebles vacíos o sin uso durante un largo tiempo; con profundas deficiencias energéticas y en estados de conservación francamente mejorables. En numerosas ocasiones, estas actuaciones ejercen un efecto de emulación entre otros propietarios.
La regularización de cuotas y atrasos de comunidad, con la consiguiente posibilidad de realizar mejoras en el conjunto de los edificios, también es otro de los elementos derivados de la extensión de la actividad.
Causa o efecto -o la inversa-, la extensión de esta actividad a barrios no tradicionales tiene un efecto sobre el aumento de dotaciones municipales. Según datos del propio Ayuntamiento de Madrid, la inversión en dotaciones para el año dos mil veintidós en los distritos del sur y del este de la ciudad (Latina, Puente de Vallecas, Carabanchel, Villaverde y Usera) aumentaron en un treinta y uno por ciento (31%), representando el sesenta y ocho por ciento (68%) del total.
Especialmente significativa resulta una de las últimas actuaciones, en el barrio de Comillas, anunciadas por la Comunidad de Madrid: la ampliación de la línea once del metro que permitirá tener una conexión directa entre los barrios de Abrantes, y el barrio de Estrella a través de la estación de Conde de Casal.
Sin duda, son muchas las aristas que puede tener la actividad del alquiler temporal en Madrid y su efecto sobre la gentrificación, pero, a tenor de nuestros datos, no todas tienen que ser negativas.